EL DESARROLLO INDUSTRIAL DE LA PROVINCIA DE HUELVA
Hacia la segunda mitad del siglo XIX se instalan en Huelva diferentes comunidades de europeos con un definido propósito comercial: la explotación industrial de los recursos mineros de la provincia.
Los británicos Tinto Company Limited van a protagonizar uno de los episodios más destacados de la historia contemporánea de Huelva al promover el desarrollo industrial de la provincia. El fenómeno hay que enmarcarlo en plena Segunda Revolución Industrial en Europa, donde la demanda de cobre o hierro sitúa a Huelva como principal foco de interés.
La compra de las minas de Riotinto al Estado español por un consorcio de empresas británicas supuso una importante transformación coyuntural de la provincia. La Rio Tinto Company Limited adquiere los terrenos para explotación intensiva de los yacimientos de la cuenca minera de Riotinto y Nerva y emprende un importante proyecto para la construcción de infraestructuras que le permita llevar a cabo la explotación de la mina a cielo abierto y trasladar toneladas de mineral hasta el Puerto de Huelva.
La Rio Tinto Company Limited fue adjudicataria de la propiedad de la mina desde 1873 hasta 1954, momento a partir del cual vende parte de las acciones de la compañía al Estado español que recupera así la mayoría de sus derechos de propiedad sobre los terrenos.
El imponente ritmo de extracción que la compañía lleva a cabo en el yacimiento, unido a su riqueza mineral, convierten a la Rio Tinto Company Limited en un referente a nivel mundial. Durante las primeras décadas de su actividad metalúrgica se construyeron en la provincia alrededor de 300 kilómetros de ferrocarril y otras importantes infraestructuras como el muelle del Tinto en la capital, lugar de descarga del mineral procedente de la cuenca minera que se ha convertido en una de las huellas más visibles del legado material inglés.
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HUELLA DE LA ARQUITECTURA BRITÁNICA EN HUELVA
La presencia de los ingleses de la Rio Tinto Company Limited en la provincia ha dejado su huella en el urbanismo y la arquitectura de Huelva, fundamentalmente en la zona de la cuenca minera, en la capital onubense y en Punta Umbría, entre otros lugares.
Así, el municipio de Riotinto conserva el barrio inglés de Bellavista, construido con su particular estilo victoriano entre 1883 y 1928, con un conjunto de viviendas residenciales y otros espacios reservados exclusivamente a la colonia británica, como su capilla anglicana, lugares para la práctica de deportes al aire libre y el club social.
La capital onubense también mantiene en pie el Barrio Reina Victoria, popularmente conocido como Barrio Obrero, cuyo estilo arquitectónico combina el modelo colonial inglés con el estilo neomudéjar propio de la península ibérica. En esta ciudad jardín, de marcada influencia británica, residieron profesionales cualificados de origen nacional que trabajaban en nómina para la compañía.
Tanto el Barrio de Bellavista como el Barrio Obrero están bajo la categoría de Bien de Interés Cultural.
El de Punta Umbría es un caso particular de la presencia inglesa dentro de la provincia de Huelva, puesto que los británicos visitaban estacionalmente las playas como lugar de descanso y establecieron aquí un Barrio de Salud para sanar las dolencias derivadas del trabajo en el área minera.
Las casas que los británicos erigieron en Punta Umbría eran viviendas construidas de madera e instaladas cerca de la orilla de la playa, en el espacio que aún conserva hoy el calificativo de Punta de los Ingleses. Actualmente, Punta Umbría alberga el Centro de Interpretación denominado Casa de los Ingleses, que fue edificado a principios del siglo XXI. Reproduce la fisonomía y los espacios de estas particulares construcciones.
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LA CREACIÓN DEL BARRIO DE SALUD EN PUNTA UMBRÍA
Los trabajos en la mina y la actividad metalúrgica que se desarrollaron en la cuenca minera, ocasionaron un importante impacto medioambiental en el área de explotación y la aparición de diferentes enfermedades cardiopulmonares entre los mineros, los trabajadores británicos de la compañía y también entre la población.
Para tratar a los enfermos del staff británico aquejados de algunas dolencias, la Rio Tinto Company Limited procuró a este grupo de empleados un lugar donde poder sanar esas patologías, creando un Barrio de Salud en Punta Umbría, con un total de 14 casas, entre los años 1882 y 1917.
El paisaje que los ingleses encuentran a su llegada a Punta Umbría se caracterizaba por la arena fina de la playa y unas pocas construcciones, destacando la Torre Umbría y la casa cuartel del cuerpo de carabineros. El urbanismo es inexistente y solo aparecen diseminadas en el entorno pocas viviendas de los pobladores locales y los bungalows de descanso de los alemanes William Sundheim y Karl Moncke.
La construcción de aquellas casas del Barrio de Salud sigue el modelo colonial británico, que destaca por estar levantado sobre pilares, para sortear el avance natural de las dunas. Están orientadas hacia el sur para eludir el impacto de los rayos del sol en las horas de mayor incidencia y poseen porches sombreados rodeando el perímetro de la casa. Las tablillas de madera sobrepuestas en las fachadas, crean una cámara interior para la refrigeración de la vivienda.
Actualmente no existen ninguna de aquellas casas originales construidas por la Rio Tinto Company Limited, pero sí se conserva una vivienda que ocupaba uno de los operarios de la compañía para la vigilancia del conjunto de viviendas estacionales. Esta construcción es conocida como la Casa del Guarda y se encuentra a pocos metros de la Torre Umbría.
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LA HERENCIA ARQUITECTÓNICA BRITÁNICA
Las Casas de los Ingleses que ocuparon originalmente el Barrio de Salud terminaron desapareciendo progresivamente entre la década de los años 70 y principios de los 80 del siglo XX. Con la nacionalización de la compañía en la década de los años 50, los terrenos adquiridos anteriormente por los británicos quedan en manos del Estado español, que venden estas parcelas para la construcción de viviendas en la zona conocida como Punta de los Ingleses.
Pero la herencia arquitectónica de los ingleses ha quedado patente en numerosas viviendas construidas desde principios del siglo pasado hasta nuestros días, con claras reminiscencias de aquel modelo colonial. Otros edificios emblemáticos, como el Ayuntamiento de Punta Umbría o la Oficina Municipal de Turismo, son un claro ejemplo de ese legado arquitectónico británico.
En el origen de esta arquitectura de tradición local hay que destacar el papel de los ingleses como foco de atracción de nuevos veraneantes al lugar. En torno a las primeras décadas del siglo XX, las élites comarcales replican el comportamiento de los británicos y se trasladan durante la temporada estival a descansar a las playas puntaumbrieñas. Así pues, construyen sus viviendas estacionales siguiendo el modelo propuesto por los británicos y perpetuándolo como parte del patrimonio local.
Con la aparición del turismo en España en la década de los 60, Punta Umbría se convierte en un referente como espacio turístico a nivel nacional. Aquel modelo de vivienda colonial importado por los británicos se sigue tomando en cuenta hasta la actualidad para la construcción de casas unifamiliares y chalets en las zonas cercanas al mar.
Como conclusión, podemos afirmar que los ingleses fueron los pioneros del veraneo en Punta Umbría y casi con total seguridad estas playas albergaron el nacimiento del fenómeno del turismo en España.
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LAS REGLAS EN LAS CASAS EN EL BARRIO DE LA SALUD
Las normas de comportamiento durante la estancia en las casas del Barrio de Salud de Punta Umbría eran muy estrictas y el Departamento Médico de la compañía era quien autorizaba la estancia temporal de las familias británicas.
El padre de familia se encargaba de velar por el cumplimiento de las reglas, procurando mantener unas correctas conductas de higiene o respetando los estrictos horarios definidos por la compañía durante el descanso en Punta Umbría.
La vida diaria en el Barrio de Salud se limitaba a las visitas durante la mañana a las playas. Allí se concentraban los británicos para hacer vida social y purificarse con el aire impoluto de este entorno natural. Sobre la una y media del mediodía se comenzaba a servir el almuerzo y a las cinco de la tarde se cumplía con la hora del té. Durante la tarde se permitía bajar de nuevo a la playa o practicar algún deporte al aire libre. A las ocho se servía la cena y a las nueve era el momento de ir a la cama a descansar.
El Departamento médico prohibió expresamente las veladas nocturnas y el ruido en el porche o verandas de las casas del Barrio de Salud.
La población local se encargaba del servicio doméstico en las casas y del abastecimiento de víveres, para el cual había que desplazarse a través del río hasta la capital onubense, ante la carencia de lugares para el suministro en Punta Umbría. Los barcos de vapor de la época hacían de enlace diario entre estas playas y Huelva.
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EL MODELO COLONIAL BRITÁNICO
Las viviendas seguían un patrón arquitectónico fijo de carácter colonial británico, elevadas sobre el terreno por pilares para protegerlas de las dunas y rodeadas por un porche.
Su distribución interior es muy funcional y el dormitorio y el comedor estaban orientados al sur, siendo este último la estancia principal alrededor de la cual se organizaba el espacio. La cocina era un espacio reservado al servicio y, al igual que el baño, estaban separados del edificio principal. Se accedía a estas estancias a través del porche.
El porche era un espacio privilegiado con vistas al mar donde se celebraba normalmente la hora del té. Estaban protegidos con grandes persianas de esparto y en ocasiones con cristaleras que protegían del viento del oeste.
El mobiliario y decoración se limitaba a lo imprescindible para pasar un corto periodo de tiempo, si bien a medida que se iba prolongando la estancia de los británicos en Punta Umbría, las casas experimentaron cierta evolución en este sentido.
El abastecimiento de agua potable se realizaba a través de los acuíferos del entorno. En el caso de luz, se hacía con candiles o quinqués u otros elementos similares.
El conjunto de casa del Barrio de Salud estaba comunicado con el embarcadero y con la playa por caminos de madera, que con el tiempo fueron sustituidos por losas de cemento donde se podía leer las iniciales de la compañía de Ríotinto. Actualmente, el centro de Interpretación de la Casa de los Ingleses conserva en el exterior algunas de esas losas originales, que recrean aquellos primigenios caminos puntaumbrieños.
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LA PESCA, MOTOR DE CRECIMIENTO POBLACIONAL DE PUNTA UMBRÍA

Referencias documentales sitúan al Cuerpo de Carabineros del Reino como los primeros pobladores contemporáneos de Punta Umbría, hacia la segunda mitad del siglo XIX. Su trabajo consistía en vigilar las costas para la represión del fraude fiscal y el control del contrabando. Se instalaron con sus familias en torno a la propia casa cuartel, que estaba ubicada a pocos metros de la torre almenara, conocida como Torre Umbría.
Es en la primera mitad del siglo XX cuando la población de Punta Umbría experimenta un notable ritmo de crecimiento, que arranca sin altibajos desde finales de la década de los años 20. La llegada de los ingleses de la Rio Tinto Company Limited al conjunto de casas que construyeron para el descanso del staff coincide con un destacado avance en el desarrollo de la población. Este hecho supuso también el origen del prototurismo que atrajo a decenas de familias de diferentes lugares del país para conocer los encantos paisajísticos y naturales de este rincón Atlántico.
El punto de inflexión en el ritmo de crecimiento de la población fue, sin lugar a dudas, el desarrollo industrial del sector pesquero, a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Diferentes armadores venidos desde el Levante, el Norte de España y desde otros puntos de la provincia de Huelva, se asientan en estas costas para explotar sus recursos marinos con grandes embarcaciones de pesca: los galeones. Estas embarcaciones, con motores de vapor y grandes chimeneas, precisaban de decenas de marineros a bordo para levar el arte de tarraya o tarraja de cerco que portaban para la pesca, principalmente de la sardina.
Las posibilidades de empleo en labores de pesca y el desarrollo del asentamiento humano atraen progresivamente, hasta la entonces barriada de Cartaya, a cientos de nuevos vecinos desde otras localidades onubenses y desde la zona del Levante español en busca de nuevas oportunidades laborales.
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UN MODELO AUTÓCTONO DE VIVIENDA: LAS CASETAS

La industria de la pesca en la provincia de Huelva comienza a florecer y los flujos migratorios traen hasta Punta Umbría a centenares de nuevos vecinos desde otras localidades de la provincia de Huelva y de diferentes lugares de la geografía española, especialmente de lugares costeros con tradición pesquera.
Es entonces cuando el paisaje de Punta Umbría comienza a verse salpicado por construcciones muy particulares que sirven como viviendas a los nuevos puntaumbrieños: las casetas, chabolas construídas con maderas o sacos de esparto y, cuando las posibilidades lo permitían, chapas para construir la techumbre de aquellas casas.
En su interior, apenas había mobiliario y la fina arena del enclave costero servía de suelo para sus moradores, que construían sus propias casas sin seguir un modelo bien definido. Buena parte de la vida diaria se desarrollaba en el exterior y era frecuente cocinar al aire libre, al tiempo que los vecinos solían compartir viandas en las marquesinas naturales de aquellas casetas.
Las condiciones de habitabilidad eran escasas y el abastecimiento de agua se realizaba gracias a los pozos de agua compartidos por varias familias o al suministro de este recurso con tinajas cargadas por burros o mulas, que trasladaban el agua desde el aljibe general de la comunidad de vecinos.
Las casetas aparecían dispersas por el pinar y alineadas por el actual casco urbano de la localidad, de donde desaparecieron progresivamente con el éxodo de sus moradores hacia las actuales barriadas residenciales, localizadas hoy en la zona Noroccidental del núcleo urbano.
Hacia principios de la década de los años 70 del siglo XX, este modelo de construcción se convierte en un recuerdo para la memoria de aquellas primeras familias que se han establecido en Punta Umbría hasta la actualidad.
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EN BUSCA DE LAS SEÑAS DE IDENTIDAD: TRADICIONES Y HERMANDADES

A medida que la población se asienta en Punta Umbría de manera permanente, afloran las inquietudes de carácter espiritual ligadas al fervor religioso, como respuesta a la necesidad de crear lazos de unión entre los nuevos pobladores.
Aquellos primeros puntaumbrieños importan expresiones religiosas de sus lugares de origen y le dan forma a las tradiciones locales, apoyados por nombres destacados en el ámbito empresarial puntaumbrieño y otros benefactores que visitan estacionalmente las playas de este rincón marinero.
Las primeras manifestaciones de índole religiosa en Punta Umbría tienen como objeto de culto a la Virgen del Carmen que, desde 1901, es proclamada patrona de la Marina Española. Testimonios orales, apariciones en prensa y documentos gráficos de las primeras procesiones de la Virgen del Carmen por la ría de Punta Umbría son suficientes argumentos para afirmar que la patrona de los marineros navega por estas aguas del río Odiel desde hace más de un siglo.
La devoción por Nuestra Señora del Carmen, ligada siempre a la tradición marinera, es en la actualidad un símbolo inequívoco del patrimonio inmaterial de Punta Umbría.
Pero es a partir de mediados de la década de los años 40 en adelante cuando la población abraza con fuerza la necesidad de crear identidad propia y surgen nuevas celebraciones litúrgicas que rinden culto al Santo Madero, a la Virgen María en diferentes advocaciones y a otras figuras del santoral católico.
La fundación de diferentes hermandades de gloria y pasión constatan el interés de la población por arraigar costumbres que vienen desarrollándose en los años previos. Esas nuevas entidades serán el instrumento vertebrador de las tradiciones locales que se mantienen con fuerte raigambre hasta la actualidad.
Así, en 1947 se funda la Hermandad de la Santa Cruz de Punta Umbría que adquiere gran aceptación entre los vecinos de Punta Umbría, en virtud no solo al ritual religioso, sino también a las fiestas populares que acompañan a la efeméride.
En el año 1951 surgirá la Hermandad del Santo Cristo del Mar y María Santísima de los Dolores, con la que se inicia la celebración de la Semana Santa en Punta Umbría. Las hermandades filiales de las romerías onubenses de El Rocío en Almonte y Montemayor en Moguer, se fundarán en 1956 y 1966, respectivamente.
*Nota: No se podían añadir comillas en los nombres de archivos. En la Foto de El Rocío, el pie de foto sería el siguiente:
Hermandad filial de Ntra. Señora del Rocío con el Sinpecados original confeccionado con un traje de luces donado por Miguel Báez y El Espuny, ‘El Litri’. (Fuente Archivo de Diego Ramírez Cayuela)
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WILLIAM MARTÍN

En 1943 Punta Umbría fue el escenario de uno de los episodios más determinantes para el desenlace final de la II Guerra Mundial.
Con el continente europeo ocupado por el régimen nazi de Adolf Hitler, los aliados buscaban una puerta para el desembarco de tropas que pudiesen combatir a los alemanes y hacerlos retroceder en su avanzada.
Hacia 1942 la contienda se libraba con especial intensidad en el Norte de África por cuánto significaba el control estratégico del Mediterráneo. Era necesario abrir un nuevo frente en Europa y dividir las tropas alemanas, que en aquel entonces protegían la entrada al continente desde Sicilia.
En este contexto se lleva a cabo la operación la Operación Mincemeat (carne picada), una treta que pretendía desviar la atención de Hitler y que dividiera sus fuerzas en Europa. Para ello, el Servicio de Inteligencia Británico arrojó en la costa de Punta Umbría, el cadáver de un personaje ficticio cuya identidad era la del Mayor William Martín. El militar portaba en su cartera una serie de documentos secretos que desvelaban el lugar donde se iba a llevar a cabo la ofensiva que diera acceso al bando aliado hasta el continente, era Córcega y Grecia.
El 19 de abril de 1943, el pescador local José Antonio Rei María halló el cuerpo lanzado horas antes desde el submarino Seraph y lo trajo a tierra para ponerlo a disposición de la Comandancia de Marina de Huelva. Los documentos que portaba fueron enviados a Madrid, para ponerlos a disposición del servicio de espionaje alemán.
No fue casualidad que el emplazamiento elegido por el británico Ewen Montagu para materializar el plan fueran las costas onubenses, puesto que el jefe del Abwehr en Huelva era Adolf Clauss, uno de los más importantes agentes del espionaje y contraespionaje de los alemanes en el sur de Europa.
El 15 de mayo, los alemanes desplazaron desde Francia hacia las costas griegas a la I División Acorazada, una de las fuerzas más avezadas en combate. Hitler se había “tragado la carne picada”. El 6 de junio de 1944 las tropas estadounidenses desembarcaron en Normandía e iniciaron la liberación de los territorios europeos en manos de los nazis.
En la actualidad, el cementerio de la Soledad de Huelva alberga la tumba del Mayor William Martin, cuya sepultura incluye el nombre de Glyndwr Michael.
LA FORMA DE VIDA DE LOS POBLADORES

LAS CASAS DE LOS INGLESES DE LA RIOTINTO COMPANY LIMITED
